Por el Derecho a
Manifestarse.
“Las calles nuestras”
Pio Tana
Pareciera que fue
ayer cuando descubrí lo que una marcha puede hacer, recuerdo que fue la marcha “México
Unido contra la Delincuencia” sin duda nuestra ciudad vivía momentos difíciles aquel
Junio del 2004, toda la familia vivía en un estado de incertidumbre, la
violencia había desbordado las calles de la Ciudad de México para aquel
entonces, mi familia había sido víctima del robo de dos coches y el intento de
secuestro de un primo, la situación se había salido de control, empezaban a
secuestrar a clase medieros como mi familia, y eso incluso para una familia
como la mía, había llegado muy lejos.
Hablo de aquel
recuerdo por que fue la primera vez que salí a la calle a manifestarme y aunque
recuerdo que aquella marcha desde el Ángel de la Independencia al Zócalo era en
silencio, no pudimos dejar de gritar “Viva México” y entonamos con vehemencia
el Himno Nacional en el Zócalo de la Ciudad, curioso cuando la mitad de los
integrantes de mi familia son extranjeros radicados aquí por más de 30 años.
Fue en ese momento donde entendí el poder de las marchas y el poder de salir a
la calle a manifestar nuestras consignas.
Hoy después de casi
10 años, no deja de ser igual a aquel momento, en donde salir a las calles es
un acto de catarsis que baja las revoluciones de cualquier sociedad, las
marchas nos sirven para desahogar nuestras consignas.
Fui testigo de las
represalias que hizo el gobierno federal, a través de la policía federal a
maestros de la CNTE en la Ciudad de México el pasado septiembre para liberar la
plancha del Zócalo con la finalidad de dar el grito de la Independencia,
coreado por paleros. Recuerdo que ese día todo se salió de control, pero la esencia de nuestra democracia no radica
en una función de contención de manifestaciones ni de represión de las mismas,
sino todo lo contrario escuchar la voz de la sociedad en general a través de
los mecanismos que tenemos para manifestar nuestras ideas que en este momento
solo es vitoreando en las calles las consignas.
Al vivir en la Ciudad
de México, no solamente el Gobierno del Distrito Federal debe de asumir el
costo de capitalidad, sino también nosotros como habitantes de esta gran urbe,
nos toca asumir ciertos costos de capitalidad que es poder ver como la
conciencia colectiva despierta en cada manifestación.
Es un llamado a
defender, no vaya a ser que nos lo quiten, el derecho a manifestarse, siempre
de manera pacífica.